miércoles, 30 de diciembre de 2009

Las cualidades del ser humano (2/2)




"Todas las discusiones acerca del tema de si el hombre es bueno o malo, si es un ser social o antisocial, son en realidad pasatiempos filosóficos. Que el hombre sea un ser social o una masa protoplasmática de reacciones irracionales, depende de si sus necesidades biológicas fundamentales están en armonía o en conflicto con las instituciones que el mismo ha creado"
Wilhelm Reich

Por Marisol Paredes

En relación al trato de las criaturas, el mal-trato se da (ver en la parte 1), mayormermente por la des-información, el desconocimiento de las cualidades del ser humano. En un artículo reciente (A) Casilda Rodrigáñez hace mención a este desconocimiento, copio una párrafo de este interesante artículo:

"....Creo que la inmensa mayoría no tiene noción de las cualidades y de la bondad innata del ser humano (el dogma conceptual básico en el inconsciente colectico). Y lo digo porque si la gente tuviera noción de ello no daría el trato que da a sus hijos, si tuviera noción de sus cualidades, en lugar de darles órdenes y ponerles límites, les facilitaría los medios para la expansión de sus deseos y de sus estrictos límites de la infancia de hoy, en el asfixiante marco de la familia nuclear, no como consumidores y esclavos de la nueva sociedad orweliana. Creo que la gente no sabe lo que es una criatura humana y por eso se dedica a desvitalizarla. Y tampoco sabe, claro está que sustrayendo la vitalidad de sus hijos, está forjando el diseño artificial de la dominación fascista...."

La segunda parte de esta interesante explicación, de la misma escritora, sobre las cualidades de todos los seres humanos, cuando somos criaturas, las cuales vamos perdiendo a medida que crecemos por el entorno hostil en el que nos socializamos:

Las cualidades de la criatura humana


Por Casilda Rodrigáñez
Extracto de "La sexualidad y el funcionamiento de la dominación"


Ahora hemos perdido la noción de la fraternidad humana y de la bondad innata de la criatura. Semejantes conceptos nos suenan a proclamas mas o menos utópicas, políticas o religiosas. Pero como decia Kropotkin(2), hubo un tiempo en que no había ni política ni religión ni se conocia el fratricidio. La fraternidad y la ayuda mutua era el modo de vida de la humanidad, que se mantuvo durante milenios y que algunos llamaron 'edad dichosa', o 'santa edad' o 'edad dorada'; otros 'edad de plata'; otros 'sociedades de derecho de madre' porque se regian por lo maternal ; otros 'matristica'; sociedades matrifocales o matricéntricas; en las que habia esa madre antigua que decia Lope, que a cuanto vive aplace.

Murray Boockhin (9) asegura que la voz mas antigua para designar el concepto de 'libertad' es amaryi, que es una expresion sumeria que significa retorno a la madre, y añade que seguramente hacia referencia a que la libertad solo habia existido en la sociedad matricéntrica. El concepto de 'libertad' apareció en la conciencia humana cuando aparecio la represión; no pudo aparecer antes, pues no es posible el concepto de 'libertad' si no existe represión.

El concepto de 'libertad' hace por ello referencia a la recuperación de algo perdido, a la vida sin represión de las sociedades matricéntricas, cuyo recuerdo todavía estaba presente en la memoria de la civilización sumeria.

La existencia de la Edad de Oro está mencionada no en una ni en dos sino en muchas obras literarias antiguas que hablan de esta época de la humanidad; y si no está reconocida académicamente no es ni porque no se sepa ni por falta de pruebas (10). Como deciamos en la primera parte de La rebelión de Edipo, El asalto al Hades, también la arqueología (11) ha desenterrado miles de yacimientos neolíticos, que muestran con pruebas irrefutables, tanto por su cantidad como por la evidencia de su contenido, una cultura y un arte que algunos han llamado de celebración de la vida. (12), pues efectivamente recreaban la vida mostrando la inexistencia de relaciones de dominación y de guerras entre sus habitantes; un mundo dicen estos autores habitados, no por el homo sapiens, sino por el homo ludens, tal es la expresion de bienestar y bienaventauranza que ofrece su arte y la arquitectura de sus aldeas y ciudades.

Su cultura expresaba la sabiduría de la naturaleza (en especial la sabiduría corporal), que es la sabiduría de la autoregulación de la vida, y que es la verdadera sabiduría al servicio del bienestar y de la conservación de la vida. La experiencia acumulada a lo largo de una generación se transmitía a la siguiente, por vía oral. Así la sabiduría se hacia cultura, al cultivar el deseo de bienestar del grupo, que no era 'menoscabado', 'turbado' o 'perseguido' por otros intereses ajenos a dicho bienestar, como sucede actualmente, que todo el saber está censurado, para que las mentiras no sean desveladas, y contaminado por el interés de realizar plusvalías y construir patrimonios. La sabiduría no estaba en los libros sino en los cuerpos humanos, en las costumbres, en el arte, en las mismas relaciones de fraternidad. Con la edad crecía la sabiduría acumulada, hecha de la propia experiencia y de la recibida de otras personas; y por eso se respetaba y se veneraba a las personas ancianas. No, no es una proclama para volver atrás, pero si para llenar los libros y los medios de la verdadera sabiduría de la autoregulación y del bienestar humanos.

Como dice Antony Hopkins en la película Instinto, no se trata de un primitivismo formal, ni de volver a la era preindustrial o pretecnológica, o de destruir las ciudades; sólo hay que destruir una cosa; la dominación. Sin un dominio, la sabiduría de la autoregulación pondría en su sitio a toda la industria, a toda la tecnología, a todos los sistemas económicos. Por ejemplo, sin relación de autoridad y dominación por parte de los profesionales de la medicina, el deseo mutuo entre madre y criatura sería estrictamente respetado, no se violaría la impronta, y la medicina y la tecnología necesarias ocuparían el sitio que les corresponde, como podemos ver en los documentales de Nils Bergman (13) en los que se muestra cómo se suministra oxígeno y suero a bebés prematuros recostados, piel con piel, sobre el torso desnudo de la madre. No es nad difícil ni complicado; es la mar de sencillo.

Antes que ninguna otra cosa, la dominación es materialmente un quebrantamiento de la autorregulación de la vida.

En los tiempos previos al patriarcado, conocedores de la capacidad de autorregulación y de la sabiduría corporal, se hubieran reído si hubiera aparecido un experto a decirles que hay que enseñar a comer o a dormir a un niño o una mujer a parir.

No cabe duda que la medicina ha descubierto y ha puesto en marcha unos medios importantísimos que pueden salvarnos la vida y ayudarnos a no sufrir en un momento dado. Pero lo que sucede es que en nombre de esta eventual salvación, se bloquea la autorregulación y la sabiduría corporal; se mezcla lo que nos sana y nos salva, con lo que nos enferma y nos mata; y muchas veces se interviene en nombre de la prevención ocasionando una enfermedad y un riesgo que no existía, tal y como se está reconociendo ya en lo que concierne a la maternidad y a la crianza. La quiebra de la autorregulación de la maternidad y de la infancia ha sido y sigue siendo el pilar de la sociedad de dominación.

Las criaturas humanas tienen un deseo casi infinito de conocer y una capacidad de aprender por si mismas que desbordaría la imaginación de l@s pedagog@, y que la cultura de la dominación no puede admitir, ni en la teoría ni en la práctica. Por eso las criaturas se encuentran sistemáticamente con un entorno hostil al desarrollo de sus cualidades. Como dice Liedloff (14), para empezar les falta la confianza en el entorno (reciprocidad afectiva) para moverse y perfeccionar su aparato psicomotor a través de la experiencia; sin confianza en el entorno, la criatura no se atreve a experimentar, o lo hace con mucha mayor lentitud; en cambio, las criaturas de la selva amazónica que no retraen sus confianza innata porque nunca les ha faltado el cuerpo materno, alcanzan una soreprendente autonomía muchísimo antes que las de nuestra sociedad occidental (15).

Zerzan (16) aporta también datos en este sentido, y dice que los pequeños 'Kung estudiados por Ainsworth (1967) mostraban una marcada precocidad en el desarrollo de sus primeras habilidades cognitivas y motoras. Lo atribuyó al ejercicio y a la estimulación de una libertad de movimiento sin restringir y al alto grado de calor humano y cercanía entre los padres 'Kung y sus hijos. (Ver también Konner 1976). Abundando en ello, Zerzan añade que los niños forrajeros reciben mucho mas cuidado, tiempo y atención que los de las familias nucleares aisladas en la civilización. Cita también un sorprendente hallazgo de Duffy (1984): todos los niños de un campamente Mbuti llamaban padre a todos los hombres y madre a todas las mujeres. También a Post y Taylor (1984) que describieron 'el contacto casi permanente' con sus madres y con otros adultos que disfrutan los niños Bosquimanos.

La seguridad física no se consigue vigilando e inhibiendo continuamente la acción de la criatura, sino manteniendo el respeto, la reciprocidad afectiva y la confianza de la criatura en el entorno después de nacer. Como decía Françoise Dolto (17), la mal llamada sobreprotección física hace vulnerables a las criaturas porque impide y retarda el aprendizaje. Y decimos ´mal llamada´sobreprotección porque protege en si mismo nunca es malo, ni puede ser excesivo; lo malo es cuando detrás de la protección lo que hay en realida es una dominación y una falta de respeto hacia el desarrollo propio de las criaturas. Hay una relación inmediata entre la presió/represión que inhibe la acción propia de la criatura (dominación), y su vulnerabilidad:

Inhibición de la acción---->retraso en el aprendizaje-------->vulnerabilidad

Una ecuación que tendría que conocerse para poder cambiar la actitud general de todas las madres y los padres de controlar de manera literalmente asfixiante a sus criaturas, interfiriendo su propio desarrollo; actitud que, en parte, se debe a que se desconocen las cualidades de la criatura humana y su forma de desarrollo; y por eso se despliega de manera equivocada el legítimo y necesario afán de protegerles.

Dolto dice textualmente: De este lado duermen la imaginación sin Poder, la creatividad que crece en el desierto, y todo el problema es impedir a los adultos que las asfixien.

El mecanismo de inhibición de la acción estudiado por el médico francés Henri Laborit (18) y que Michel Odent recoge en alguno de sus textos (19), explica lo que ocurre neurológicamente cuando ante una agresión es imposible responder ni por la lucha ni por la huida (Laborit), y no hay otra alternativa que la sumisión y la resignación…. (B)

Las personas que han podido vivir en paz con sus hijos e hijas, y no en la típica guerra permanente (la guerra que dan los niños es una expresión popular), saben por propia experiencia que la criatura humana es buena, generosa, desprendida, que desea la felicidad y el bienestar de sus seres queridos, que confía plenamente en ellos mientras no se traicione de forma reiterada la confianza que originariamente ella nos deposita; que tiene un afán casi infinito de conocimiento y de aprendizaje listo para desplegarse, y que desarrolla siempre con los pocos o muchos medios y libertad de que disponga; que desea desarrollar su vitalidad y seguir sus impulsos; tener iniciativa propia y tomar decisiones sobres las cosas que la incumben; que es capaz de todas las complicidades y sacrificios por sus mayores y por sus hermanos y hermanas; que es complaciente, que está cargada de amor y de energia libidinal, y que rechaza el dominar tanto como el ser dominada; porque cuando una criatura crece siendo su iniciativa propia respetada, es tambien respetuosa hacia los dem@s. La criatura que no se ve obligada a entrar en la espiral de la guerra de la dominación, entonces es paciente, comprensiva, respetuosa, imaginativa, espontánea, curiosa, ingeniosa, ama la verdad y no sabe mentir, pues no concibe otro modo de relación que el de la transparencia. Y esto es así hasta que pierde la confianza y con ella, la inocencia.

Cuando nos damos cuenta de que no es así, entonces empezamos arrinconar las cualidades de nuestra integridad primaria que nos resultan inservibles; y al ofrecer una resistencia hacia lo que nos mana de dentro, nos encogemos y nos tensamos. Así empezamos a desconectarnos de nuestras pulsiones, a acorazarnos y empezamos a construir el ego, la identidad, la personalidad según las reglas del mundo (inhibición, desconfianza, engaño, chantaje, mentiras, acaparación, dominación, sumisión, competencia) que son distintas de las ´reglas´ de la vida en su integridad primaria (pulsion, deseo, iniciativa, curiosidad, confianza, derramamiento, complacencia, generosidad, complacencia, reciprocidad, transparencia). El pequeño ser humano aprende de su entorno a autoinhibirse, a mentir, a someterse y a dominar, y aprende que la mentira, la sumisión y la dominación son la forma de sobrevivir. Y cuando la criatura humana adquiere la experiencia de que la mentira, la sumisión y la dominación es lo que funciona, deja atrás la ´edad dorada´ de la inocencia y la integridad de su condición humana; aprende que someterse es fastidiarse, y que para no fastidiarse hay que fastidiar al prójimo; es decir dominar para no ser dominada…… (B)

Desde nuestra perspectiva actual de ausencia de bienestar, el bienestar es una meta, como dice Jean Liedloff (14), algo a buscar. Sin embargo, el bienestar es el estado primario y normal de la criatura, la sensación que acompaña la autorregulación; es entonces algo que hemos perdido, y que hemos de buscar y recuperar. Y esta noción de álgo perdido´la encontramos en los paraísos perdidos de los mitos de los orígenes. El bienestar es el estado anímico normal de la criatura humana, al que se sumana alegría, gozo, ternura, pasión y placer. El concepto de ´felicidad´que tenemos es una añoranza de ese estado y de sus consecuencias.

Nuestro concepto de ´felicidad´es un concepto errático, porque no descansa en el estado de bienaventuranza de la autorregulación de nuestra genuina integridad psicosomática, y nos lleva a estar permanentemente en el estado de búsqueda de lo que no tenemos ni somos. Desde el ego, la felicidad es una búsqueda errática, una ilusión vana, porque la competencia, acaparación, la inhibición de la acción (la sumisión) y la dominación, que es para lo que el ego está constituido, no producen ningún bienestar, y en esa búsqueda errática, la alegría, el gozo, la pasión y el placer son ilusiones que se abren camino evadiéndose de la realidad (por eso el éxito de las drogas) o se desvanecen como fantasmas, cuando más cerca parece que estamos de ellas.


Las madres y los padres de nuestra sociedad piensan que la felicidad de sus hijos e hijas depende del éxito social que alcancen, y por eso les educan para que desarrollen la 'inteligencia fratricida', para que aprendan a competir y a ganar todas las competiciones posibles. Pero la felicidad de cualquier ser humano no depende del triunfo social que alcance en este mundo, sino del desarrrollo de su capaidad de amar; es decir, de vivir en un entorno de reciprocidad, en el que el derramamiento pueda funcionar, y en el que el hipercomplejo conjunto de sistemas que forman su cuerpo puedan autorregularse; y este desarrrollo de la capacidad de amar precisamente es lo que queda comprometido con la represión del deseo materno, la represión de la sexualidad infantil y de la educación fratricida...(B)


(9) MURRAY BOOCHKIN, Une societé a refaire, Atelier de Création Libertaire, Lyon

(10)Según ANDRES ORTIZ OSÉS (Las claves simbólicas de nuestra cultura, Anthropos, Barcelona 1933) en los himnos homéricos, en los escritos órficos, en los del último período de Esquilo y en la obra de Hesíodo, hay material suficiente para entender la sociedad prepatriarcal; también en Las metamorfosis de Ovidio, amén de las referencias a la Edad Dorada, etc. de los clásicos de nuestro siglo de Oro que leian la literatura antigua en las versiones originales en griego o en latin; otra fuente son los estudios antrpológicos de algunos pueblos contemporáneos

(11) P.e. ver la obra de arqueólogos como MARIJA GIMBUTAS Y JAMES MELAART.
Este tema se desarrolla en el capítulo 2 de El Asalto al Hades.

(12) P.e. JORDI PIGEM, La civilización de la diosa:la religión de la naturaleza en la Antigua Europa, Revista Integral nro. 1042. Y también NICHOLAS PLATON, Creta ed. Juventud, 1974. Ver cap. 2 de El Asalto al Hades.

(13) Rediscover the natural way y Restoring the original paradigm, NILS&JILL BERGMAN production, 2001. www.kangaroomothercare.com.

(14) JEAN LIEDLOFF, El concepto del Continuum, Ob Stare, 2003.

(15) La doctora Marcelle Geber en en 1958 hizo un estudio en Uganda con 308 criaturas criadas 'a la vieja usanza' (amamantadas a discreción, transportadas en proximidad constante con la madre, compartiendo la misma cama) y las comparó con un grupo de criaturas europeas (alimentadas en biberón, empujadas en carritos, alejadas de sus padres por las noches...). La conclusión fue que las criaturas africanas desarrollaban sus capacidades motrices e intelectuales con mayor precocidad durante el primer año (Citado por Carlos Fresneda en Las raíces afectivas de la inteligencia, El Mundo 22.09.2003).

(16) JHON ZERZAN, El futuro Primitivo, Numa Ediciones, Valencia 2001. Pags 30-31. Ver Nota 6 de la página 18 de este libro.

(17)FRANÇOISE DOLTO, La cause des enfants, Robert Laffont, col. Le Livre de Poche, Paris 1985.

(18) HENRI LABORIT, L'inhibition de l'action, Masson 1980. Ver nota (6) de la Introducción.

(19)MICHEL ODENT, ¿El final del asesinato de Cristo? Ver nota (4) de la Introducción
de recolectores, como los citados por Zerzan (nota 5 de la introducción)..

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Notas:

(A) Artículo relacionado, ALTAMENTE recomendado:
La degeneración de la Raza humana por la pérdida de sus cualidades fundamentales por Casilda Rodrigáñez. (Nov. 2009)

(B) La integridad del texto "Las cualidades de la criatura humana" están en las páginas 27-51 del libro de Casilda Rodrigáñez "La sexualidad y el funcionamiento de la Dominación"

Las cualidades del ser humano (1/2)

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Articulos Relacionados:

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¿Instinto o deseo materno?

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Consecuencias de la separación Madre-Bebe

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Manifiesto para la recuperación de la maternidad

jueves, 26 de noviembre de 2009

Las cualidades del ser humano (1/2)



"El placer es la rueda de la vida"
Wilhelm Reich




Por Marisol Paredes

Las ideas que tenemos


Es muy conocido que para crear una estructura lo primero es fijarse bien en la base, esta debe ser sólida, nuestra sociedad moderna y las antiguas se han caracterizado por ignorarlo en nuestra especie: el cuidado de las criaturas humanas, pues hacemos exactamente lo contrario. Los problemas de nuestra sociedad son el resultado exacto del tipo de tratamiento que infligimos a nuestras criaturas

Una de las ideas mas repandidas sobre las características del ser humano es que “somos malos por naturaleza", esta idea está alojada muy fuertemente en el inconsciente colectivo, quizás apoyada por tantas instituciones culturales y tradicionales que solidifican este concepto y también mirando alrededor o retrocediendo siglo a siglo hasta los cimientos de nuestra civilización(A), que da muestra de la violencia humana por ello, damos como válido esta creencia de lo malo de la naturaleza humana.

Con la idea de que "es necesario corregir o disciplinar" golpeándolos, humillándolos; en la idea de la superioridad del más fuerte; que los adultos son "mejores" o "saben más" que las criaturas; en la idea de que los padres son "propietarios" de sus hijos; en la idea que deben decidir "lo mejor" para sus hijos, que deben "prepararlos para el éxito"(B), se justifican y maltratan conciente o inconcientemente a los seres que se dice "son lo que mas queremos". Sin darse cuenta que todos en cierta medida somos víctimas, repetimos el patron, pues influye en nuestro comportamiento nuestros propias resistencias psicologicas y nuestras filosofías de vida, apoyados por la presión cultural del medio donde crecemos, además, amparados en la aceptación inconsciente de lo malo de la naturaleza humana y unido al desconocimiento sobre las cualidades y las necesidades biológicas de las criaturas.


El maltrato Infantil

Basta poner el buscador “maltrato infantil” en la red, en varios idiomas para darse cuenta que la violencia y maltrato hacia las criaturas es algo abrumadory desolador a nivel planetario. Como referencia 9 de cada 10 niños en Latinoamérica son maltratados físicamente, 8 de 10 en Europa, en Francia el 67% de hombres padres está a favor del castigo físico, extrapolando a otros paises es posible que esta cifra sea igual o mayor sobretodo en Latinoamerica por el machismo imperante). aquí me atrevo a formular que el maltrato emocional y psicológico es en un 100% a nivel planetario, pues incluso aquellos que dicen “tratar bien” a sus hijos no tienen idea de cuales son las verdaderas necesidades biológicas y emocionales de las criaturas y aún sabiéndolo y reconociendolos, es necesario la constante lucha diaria para no dejarse abatir por nuestros propios mecanismos psicológicos de defensa que hacen repitamos los patrones erróneos del maltrato que se nos infligió también cuando fuimos criaturas, pues "todos" tenemos estos mecanismos ya que fuimos socializados en esta cultura represora de las funciones vitales del ser humano.



El hecho de golpear o maltratar a las criaturas para “corregirles” solo enseña que un conflicto se resuelve por la violencia y que el más fuerte puede golpear al más débil, además después de tanto maltrato aprenden a desarrollar su indiferencia pues no importa lo que hagan saben que pronto les caerá otra golpiza. Los ejemplos de maltrato desbordan, algunos incluso se han hecho parte de algunas culturas apoyadas por filosofias tradicionales de vida (C).






Son muchas las causas del maltrato de las criaturas, pero mayormente este se da por la ignorancia de los padres o adultos, además este maltrato físico, psicólogico y emocional se da en todas las culturas y en todos los niveles sociales establecidos por este sistema económico monetario.

Una forma de maltrato muy repandido e inconsciente es el psicológico, emocional, justamente debido a nuestro desconocimiento de cuales son las verdaderas necesidades biológicas y emocionales de nuestras criaturas, Nils Bergman en el documental Restaurando el Paradigma Original demuestra científicamente como al recién nacido al "separarsele de la madre" ya el nivel de cortisol en su cerebro se eleva muy fuera de lo normal, al acercársele a la madres este nivel desciende y también el ritmo cardiaco, imaginémonos que pasa con este ritmo cardiaco y estos niveles de cortisol cuando el tiempo de separación de las criaturas de sus madres es prolongado, por ejemplo cuando tienen que estar en las guarderías, mientras sus madres trabajan, es necesario recalcar que el cerebro de los pequeños está en formación, y que estos niveles altos de cortisol dañan por ejemplo el hipocampo encargado de la memoria(D).

La criatura al nacer en un parto violento sufre un choque a nivel psicosomático (físico y mental), pues pasa del estado de tranquilidad, paz, en el útero materno a uno totalmente diferente, luego se le separa de la madre y sufre la separación de su simbionte con las elevadas tasas de cortisol actuando en su pequeño cerebro en desarrollo, luego en lugar de sentir el cálido pecho materno siente un frío y extraño trozo de plástico que sirve para alimentarlo y consolarlo, transcurre el tiempo y como si no fuera poco su sufrimiento, en lugar de ser transportado pegado al cuerpo materno, escuchar sus latidos y sentir ese cuerpo que le da calor y seguridad, es transportado en un frío cochecito (mal invento por no saber las bondades de cargar al bebé), que solo alivia las necesidades del adulto y para nada de la criatura, el maltrato continúa, durante las interminables horas en la noche o el día, debe permanecer alejado de su madre en una fría cuna o cama que lo aleja de lo que mas quiere y necesita, el calido cuerpo materno, esos latidos que le dan seguridad no están, a cambio de la madre recibe un muñeco para consolarlo al igual que un chupete de plástico, debe soportarlo y usa todos los medios que la naturaleza le dió para decir que está en peligro que algo anda mal, sus llantos, y gritos, pero eso parece no conmover a su acorazada (o desinformada) madre que tiene un lugar donde dormir cómodamente sola o acompañada, puede sufrir ella también pero no escucha a lo que le dictan sus deseos que es el estar al lado de su criatura. El tiempo pasa y el sufrimiento sigue o empeora, ahora es abandonado -es lo que siente- en una institución que soluciona la necesidad adulta: la guardería o escuela materna, (hoy mal justificado por muchos aduciendo que es para "socializar" como si el humano adoleciera de esta cualidad innata) ahi queda al cuidado de personas extrañas donde otras criaturas gritan y lloran también con sus miradas tristes, desesperadas y ojos enrojecidos, suplicando no ser abandonados ahi, pasan estas tres etapas: Protesta, desesperanza e indiferencia, al final se someten, se ponen en modo supervivencia, y desarrollan lo contrario a la confianza, la desconfianza e indiferencia, pues los seres que se supone los aman son los que los abandonan, tan solo una hora es una eternidad para una criatura lejos de su madre.

Como si no fuera poco todos estos sufrimientos vienen adicionados los maltratos por comida, por limpieza, por desorden, por horarios para todo -desiquilibrando su reloj biológico- por castigos, etc.

Es una triste realidad: que la sociedad está estructurada en función de las necesidades de los adultos y no en función de las necesidades vitales de las criaturas, el llamado desarrollo y crecimiento de la mujer viene a la par con el abandono y maltrato de las necesidades biológicas de las criaturas, pues no se puede justificar un determinado crecimiento y desarrollo tecnológico y social pisoteando las necesitades vitales de la estructura básica primaria: los simbiontes madre-criatura.

Muchos grandes hombres y mujeres han trabajado sobre este tema de la estructura básica de nuestra sociedad, algunos siguen haciéndolo, citaré algunos: Wilhelm Reich, Françoise Dolto, Alice Miller, Casilda Rodrigáñez, Michel Odent, James Prescott, Elliott Barker, Jane Hunt entre otros no menos importantes comprometidos con la defensa de la criatura humana.

Aquí quiero resaltar el trabajo de este gran psicoanalista canadiense Elliott Barker quién publicó el curso “El Arte de ser Padres” orientado a los jóvenes no padres, está gratuito en la red, luego de leerlo hará sentir incómodo a mas de un padre o madre.

Quiero también resaltar las obras de Casilda Rodrigáñez, sobre todo La Represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente” obra que sacudirá a mas de uno, hará sentir miserable y/o revolucionario, obra obligatoria para toda madre que desee acercarse a la madre verdadera, una obra que nos describe claramente cual es la "verdadera revolución": de las madres.



Las cualidades de la criatura Humana





Por Casilda Rodrigáñez
Extracto de "La sexualidad y el funcionamiento de la dominación"

Konrad Stettbacher (1) asegura que la criatura humana al nacer solo desea amar y ser amada. La criatura nace confiada, es una de sus cualidades originales: la confianza absoluta para vivir disuelta en el entorno, flotando en el hábitat materno y dejándose derramar por todos los poros. Este es el anhelo básico primario genuino del ser humano antes de perder la inocencia e iniciar la deformación social; el anhelo vital que habita por debajo de todas las corazas, de toda la armadura psicosomática. Lo sabemos y lo percibimos cuando nos abandonamos por fuera y por dentro, cuando atravesamos toda la personalidad (el ego) que hemos construido y llegamos al fondo, a lo originario de nuestro ser psicosomático, a nuestros pulsos vivos, como dice Gabriela Mistral.

Las criaturas humanas, en nuestra integridad primaria, no conocemos la resistencia o la contención de nuestras pulsiones. Sólo conocemos el estado de flotación en la matriz uterina; el estado de relajación y de confianza absolutas en el entorno; una relajación neuromuscular que es correlativa al estado anímico de confianza. Stettbacher también dice que todavía conservamos la sabiduría corporal que considera bueno y busca todo lo que nos da placer y bienestar, y que considera malo y trata de evitar, todo lo que produce daño, inconveniencia y malestar. Es decir que todavía tenemos el conocimiento que posterioremente se prohibirá, y la transparencia interna que en buena medida perderemos, para saber que es bueno y lo que es malo. Lo que Kropotkin (2) llamaba la vía general del mundo orgánico: buscar el placer y evitar el dolor, guiadas por nuestras pulsiones corporales.

El Tabú del Sexo, al prohibir la expresión espontánea de nuestras pulsiones, elimina esta `guía´; y entonces son las pautas, los métodos, las leyes, dispuestar artificialmente por las diversas instituciones y autoridades, las que se constituyen tácticamente en nuestras guías.

La cuestión de la bondad innata de las criaturas humanas ha sido tema de controversia universal, controversia que Freud, para no enfrentarse al orden social de nuestra civilización, lleva al extremo de afirmar la existencia del tánatos innato y a calificar a las criaturas humanas de perversos poliformos. Si somos malas, sea cual sea nuestro pecado original, la represión está justificada; pero si somos buenas, entonces los malos serían los que nos reprimen. Por eso, al final de todos los discursos, nos encontramos con esta misma controversia.

El tánatos innato, el karma, el pecado original,,,,son, en definitiva, discursos de culpabilización de la víctima, que es el rasgo más universal de las relaciones de dominación. Nuestra carne es pulsátil, y por lo tanto maligna, y somos culpables de estar hechas de esta materia orgánica, y por eso tenemos que practicar la sublimación, el autocontrol y la educación emocional para no desarrollar nuestra capacidad orgásmica.

Las mujeres que hemos parido con un mínimo de conexión interna con nuestras pulsiones corporales, sabemos que las criaturas al nacer son buenas, y apelan a todo lo bueno que hay en nosotras y en nosotros. No hay discurso ni argumento que pueda con esta profunda certidumbre. El deseo materno tienen una sabiduría orgánica profundamente subversiva y revolucionaria, que desvela todas las mentiras y artificios culturales establecidos al respecto.

Uno de los pecados originales mas clásicos atriuidos a la criatura humana es que somos egoístas, que nacemos egoístas, que nuestra libido es egoísta (narcisista dicen), incluso que nuestros genes son egoistas, en definitiva, que el ego-ismo es nuestra cualidad innata. Y a este egoismo innato le seguiría el afán innato de acaparar y de realizar botines mediante la lucha fratricida. La guerra siempre ha existido nos dicen (mientiendo): está en la naturaleza del hombre, porque el hombre es un lobo para el hombre, etc, etc. y por eso la ley tiene que mediar para contener la maldad innata y evitar que nos comamos los unos a los otros.

El trabajo del bioantropólogo Máximo Sandin rastrea el orígen de esta creeencia popular. En su libro Pensando la evolución, pensando la vida, ampliamente documentado científica e históricamente, explica como desde el siglo XIX se ha construido tendenciosamente la biología para establecer el egoísmo y la competencia como ley suprema de la naturaleza (3)

Por su parte, tras ciencuenta años de trabajo en el campo del psicoanálisis, Michel Balint (4) asegura que el ser humano no nace egoísta, sino intensamente enamorado y amante. Dice que el amor primario a dos es el rasgo universal del ser humano al nacer, haciendo añicos las teorías freudianas del narcisimo o egoísmo primario. Según este autor nacemos con una carga de líbido fortísima, en un estado de interdependencia libidinal propio de un tipo de amor específcio, el amor simbiótico. Este amor intenso tiene también, además de la comprobación empírica de muchas madres, una comprobación fisiológica hormonal, entre muchas otras (5)

La criatura en simbiosis durante la exterogestación (6) que vive según el deseo materno; mantiene el estado de inocencia primaria, confía en el entorno, vive relajada, no retienen sus impulsos, y se abandona a ellos: así todo su pequeño cuerpo vive en estado de bienaventuranza.

La confianza en el entorno es necesaria para la relajación y para abandonarse al deseo; esta confianza se mantiene mientras que la criatura no tenga una experiencia reiterada de separación de la madre y de abandono afectivo. La confianza en el entorno es requisito del bienestar y es una cualidad innata del ser humano, propia del estado de inocencia y de integridad originales.

Este es un punto muy importante donde se matan las cualidades de la criatura humana; porque cuando pierde la confianza en el entorno, es cuando comienza a contener sus pulsiones, a retraerse y a encogerse, a producir tensiones y rigideces, empezando a perder la transparencia, la fluidez interna y el derramamiento.

La confianza presupone la reciprocidad. Si el deseo de amar y ser amada es la cualidad de la relación social humana. Una de las cosas que más sorprendieron a Coló y a Bartolomé de las Casas de las costumbres del pueblo araucano del Caribe, fue la hospitalidad que les prodigaron y la reciprocidad que los indígenas esperaban de ellos. Aquí nadie da nada ni espera recibir nada. Allí lo daban todo y esperaban recibirlo todo. El derramamiento de la libido implica la confianza y la reciprocidad. Esto prueba que la población del Caribe precolombino estaba socializada según las cualidades humanas innatas.

Otra de las cosas que les sorprendieron fue la inocencia y la ingenuidad que encontraron en aquellas gentes. Desde su punto de vista eran rasgos infantiles y de gente un poco tonta. Aquí también pasa que a la gente buena se la considera gente tonta, porque no ha aprendido a desprenderse de sus cualidades innatas propias, y a tomar las armas de la competencia y de la lucha fratricida. A la gente buena se la llama ´tonta´ porque no tiene ´inteligencia ´fratricida. Bachofen (7) también subraya la hospitalidad como una de las características básicas de la matrística (8).

Entre la confianza y la reciprocidad están el derramamiento y la gratitud. La confianza produce el derramamaiento, el derramamiento recibido produce un hondo y sincero sentimiento de gratitud y de reconocimiento del amor del otr@, que enseguida se torna en derramamiento propio, y así funciona la reciprocidad. La gratitud honda y sincera es un sentimiento que emerge visceralmente como el placer, produciendo el propio bienestar corporal al tiempo que la relación fraterna en la regulación social.

La confianza presupone la reciprocidad porque si la reciprocidad deja de funcionar, la confianza se retrae; empezamos a cortarnos y cambiamos el ´chip´(de hecho, como veremos más adelante, cambiamos el programa neurológico que regula nuestro metabolismo básico); es decir, cambiamos la actitud de dejarnos derramar y de entregarnos al entorno espontáneamente, por un determinado retraimiento o encogimiento, y una actitud de alerta y tensión.

Así es como se va instalando la doble resistencia: la resistencia haci lo de dentro (lo que desea salir) y hacia lo de fuera (lo que nos hace daño). Entonces tenemos dos modos de vivir: por un lado, un modo de sobrevivir en el retraimiento y en el encogimiento de las cualidades innatas; por otro, un modo de vida de derramamiento, de expansión y de integración armónica en el entorno. E el capítulo 3 de este libro, veremos los programas neurológicos que regulan los modos de vivir o de sobrevivir, y el cambio psicosomático que implica el cambio del uno al otro, y en concreto, la formación de las corazas.


Notas:
(A) Los cimientos de la civilización es la historia que nos cuentan que NO incluye a esa parte de la historia la matrística; el edén, o la época dorada, donde no existía la violencia y el núcleo de la sociedad no era el triángulo familiar como es hoy en día, sino el duo la pareja simbiótica madre-criatura.

(B) Recomiendo ver este documental Sueños Olímpicos, para comprender la idea de EXITO que nuestra cultura fabrica.

(C)Michel Odent comenta que los espartanos para tener hijos fuertes y “guerreros” era necesario tirarlos al piso a las criaturas recién nacidas, los sobrevivientes eran buenos guerreros. Otro ejemplo desgarrador es ver esta costumbre depredadora de la circuncisión, aún hoy persiste en las sociedades dichas "civilizadas". Recomiendo no ver el video de la circunsición si es una persona sensible. A esto el sabio Reich llamó filosofías asesinas.

(D)Para saber mas como se daña el cerebro de las criaturas recomiendo leer este capitulo El Cerebro en el curso El Arte de ser Padres y ver este documental El cerebro del bebé.


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(1) KONRAD STETTBACHER. Pourquoi la souffrance?, Aubier, Paris 1991

(2) PEDRO KROPOTKIN, Anarquismo; su filosofía, su ideal, en Folletos revolucionarios II, Tusquets, Barcelona 1977.

(3)Esta construcción de la biología comienza en el siglo XX con la creación del mito de Darwin, que queda establecido en el imaginario colectivo como creador de la teoría de la evolución que liberó a la humanidad de la explicación bíblica del orígen del hombre y la diversidad natural. En realidad la evolución llevaba más de medio siglo discutiendose en el seno de la comunidad científica cuando Darwin publicó sus ideas, que no son más que la traslación del liberalismo económico inglés a la interpretación del mundo natural, y que aún hoy contin´´uan sesgando la práctica de la investigación biológica de forma rutinaria. La denominada "Teoría Sintética" neodarwinista (generada en los años 30 y 40) se mantiene aún hoy como la explicación oficial del mecanismo de la evolución de las especies, a pesar de que los datos experimentales acumulados en las últimas décadas de investigación en numerosos campos de la biología la han dejado completamente desfasada.
MAXIMO SANDIN, Pensando la Evolución pensando la vida, ediciones Crimentales, Murcia, 2006.

(4)MICHEL BALINT, La falta Básica, Paidós, Barcelona 1993. 1a publicación, Londres y Nueva York 1979.

(5) MICHEL ODENT, El bebé es un mamífero, Mandalá, Madrid 1990; La cientificación del amor, pag 12, Ed.Creavida Argentina 1999. Por otra parte, en 1992 se publicó un libro de 500 páginas recogiendo diversos estudios sobre la hormona oxitocina: PEDERCEN C.A. ET AL ´Oxitocin in maternal, sexual and social behaviours, Annals of New York Academy of Sciences, 1992; 6527. NILES NEWTON lo resumió diciendo que la oxitocina es la ´hormona del amor´, y desde entonces así se la conoce.

(6) El concepto de extero-gestación hace referencia al primer año de vida extrauterina que en la especie humana es biológicamente un período de gestación, ya que el bebé humano nace antes de tiempo.

(7)JUAN JACOBO BACHOFEN (1861) Mitología Arcaica yDerecho de Madre, Anthropos, Barcelona 1988.

(8) El concepto de ´matrística´ha sido aceptado en general desde que fué propuesto por ERNEST BORNEMAN (Le patriarcat, PUF, Paris 1975), para referirse a las civilizaciones humanas prepatriarcales, zanjando así el polémico asunto de las diversad traducciones, tan equívocas como ´matriarcado´o ´reino de las madres´. y otras interpretacions del Das mutterrecht de Bachofen. Por mi parte, creo que también es paropiado llamarlas sencillamente ´sociedades maternales´, un concepto más cercano para todo el mundo.

Las cualidades del ser humano (2/2)

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martes, 13 de octubre de 2009

¿INSTINTO O DESEO MATERNO?




Este tema se me aclaró muy bien cuando leí por segunda vez el libro “La Represión del deseo materno y la génesis del estado de sumisión inconsciente” de Casilda Rodrigáñez .
No es 'instinto' sino 'DESEO' el que nos corresponde apropiadamente a las madres humanas, el DESEO MATERNO EXISTE. Adjunto una explicación de Casilda Rodrigáñez (1):

Aquí voy a hacer también un pequeño inciso sobre el concepto de 'instinto', porque a veces me han preguntado qué diferencia hay entre 'instinto' (por ejemplo, el instinto materno) y 'deseo'. Creo que la respuesta es sencilla: el 'instinto' forma parte de la sabiduría orgánica del mundo animal; es un concepto amplio que abarca muchas pulsiones relacionadas con la supervivencia, con la nutrición y con la reproducción. Los seres humanos somos también animales, una especie muy específica, valga la redundancia, pero una especie del mundo animal, y como tal puede decirse con toda propiedad que tenemos 'instintos'.

Con el 'deseo' nos referimos en cambio de manera específica a la pulsión sexual de los seres humanos. Es la pulsión vital humana, el deseo de placer y de complacer (placer con) que brota del cuerpo, con una función de regulación propia. Es la pulsión que desarrolla nuestra capacidad orgásmica y de amar, nuestra sexualidad que es específica y que está muchísimo más desarrollada que en ninguna otra especie animal.

Ahora bien, como el deseo ha sido borrado del bagage conceptual científico, y como la medicina en general aborda la maternidad sin considerarla parte de la sexualidad humana, cuando un o una pediatra se topa con el deseo materno y reconoce que es una pulsión orgánica, lo llama 'instinto', porque es la palabra más próxima que tiene, ya que el concepto de emoción, tal cual está ahora desvinculado de la líbido, le resulta mas inapropiado.”

En relación a la existencia del DESEO MATERNO, encuentro también de la misma autora otra explicación más ampliamente desarrollada la cual comparto (2). Es interesante también notar la advertencia que hace en lo relacionado a la INTELIGENCIA EMOCIONAL, término muy utilizado hoy en día que en realidad no es otra cosa que el CONDUCTISMO emocional para luchar contra nuestra propia SABIDURIA CORPORAL

Marisol Paredes




EL DESEO MATERNO EXISTE Y HAY QUE DECIRLO
Por Casilda Rodrigáñez

A propósito de la idea de ‘criar con el corazón’, pensé que no, que ya no vale el argumento de que hay que decir las cosas poco a poco.
El deseo materno es una pulsión sexual, y existe, a pesar de todo, en nuestros acorazados y desconectados cuerpos, aunque apenas lata, aunque apenas derrita y perfore nuestras corazas, y casi ni le llegue al neocortex. Reprimido, inhibido y calumniado, a pesar de todo, es la esperanza de la humanidad.

Como decía Michel Odent en una reciente entrevista, la cuestión no es qué le pase a tal o cual criatura concreta; la cuestión es si la humanidad puede sobrevivir si se hacen innecesarias las hormonas del amor… qué grado de robotización de los cuerpos puede soportar nuestra especie, y qué grado de robotización alcanzaremos si se castra su impulso básico.

El deseo materno es la pulsión sexual que guía y regula la maternidad. Esta es la verdad de la maternidad que no se sabe o que no se dice. Después de tres generaciones de partos hospitalarios y de lactancia artificial, las consecuencias son tan desastrosas en términos de enfermedades mentales y psicológicas (depresiones, suicidios), y en términos de violencia infantil y social, y son tan evidentes, que la gente empieza a hacerse preguntas, a buscar explicaciones y a relacionar las cosas. ¡Y vaya Ud. a saber si no se topan con la verdad! Sobre todo porque hay muchas cosas que están ‘cantando’, como la neurología y las prácticas clínicas neonatales, y que están confirmando lo que ya sabíamos desde otros campos de las ciencias (historia, arqueología, antropología, sociología, sexología, etc.)

La pulsión del deseo en general, es una experiencia que todavía muchos seres humanos hemos conocido, y sabemos que existe. Y también el deseo materno es una experiencia que hemos vivido muchas, quizá, espero, suficientes mujeres.

Esta experiencia proporciona el conocimiento de que las técnicas amatorias son aspectos secundarios, y que lo esencial de la sexualidad y de la capacidad orgástica humana, es el deseo. Refiriéndome a la sexualidad coital, que es la más conocida, creo que todo el mundo sabe que se pueden practicar las 400 posturas del kamasutra, y ni rozar siquiera la experiencia de una relación espontánea guiada por el deseo. Las posturas por sí mismas no nos derriten por dentro ni producen flujos. Sólo lo hacen en la medida en que ayudan a la inducción o producción del deseo. El deseo por sí mismo, antes de guiarnos hacia cualquier postura, sólo con producirse, nos derrite y nos licua.



El sentido del olfato, tan importante en la inducción del deseo (recordemos la famosa anécdota de Napoleón y Josefina), guía los movimientos de las criaturas recién nacidas para llevarlas al pezón de la madre. Basta con abstenerse de cometer la normalizada violación de sus cuerpos que se practica en los hospitales, y respetar sus impulsos. Dice Bergman que explicar y hacer que la madre o una enfermera coloque a la criatura en la postura adecuada para empezar a mamar, es peor (Restoring the original paradigm) (3).

La tecnosexología que en su día ya denunció Merelo-Barberá, ahora se aplica a la maternidad, sin necesidad siquiera de hablar de sexualidad maternal. Así se recomiendan las posturas para dar de mamar, el contacto piel con piel, la no separación… aspectos físicos que se pautan, seguramente necesarios en nuestro mundo de maternidad medicalizada, pero que cuando se proponen sin decir lo esencial, el deseo, siguen dejando el campo abonado para la robotización de la maternidad.

Inhibida la pulsión del deseo, entonces ya sólo queda ‘educar’ y conducir convenientemente las conductas, las posturas, los sentimientos y las emociones. En mi último libro he tratado de explicar el conductismo emocional que se practica hoy, como alternativa al desasosiego que producen las emociones desarraigadas de las pulsiones, y para encauzarlas en nuestros hábitos culturales y sociales.

En los tratados de neurología (Kahle, Universidad de Frankfurt) se explica que las emociones y los sentimientos se producen para acompañar e implementar el desarrollo de las pulsiones. Las pulsiones de las situaciones de alerta y de defensa, como la ira, la cólera, el enfado, etc., de hecho las conocemos y nombramos precisamente por los sentimientos que las acompañan, aunque también conocemos otros aspectos de su fisiología, como el aumento del ritmo y la presión sanguínea, la sudoración, la tensión muscular –carne de gallina, pelos de punta, nudo en el estómago-, descargas de adrenalina y cortisol, etc. Las pulsiones sexuales del estado normal de relajación, también cursan con sus sentimientos y emociones amorosas. Todos los sentimientos y emociones forman parte de las pulsiones que animan el cuerpo, y que le mantienen vivo. Pero nuestra sociedad de relaciones de dominación no trata de mantener los cuerpos en su plena vitalidad, sino todo lo contrario.



Educar las emociones, si no fuera porque en realidad es una estrategia política perversa, sería algo tan ridículo como educar los glóbulos rojos o cualquier célula de nuestro cuerpo. No hay que educar ninguna emoción: ellas saben más que todos l@s psicólog@s del mundo junt@s, y además están a nuestro favor, a favor de nuestra autorregulación y de nuestro bienestar. La educación emocional encubre una estrategia de regulación y ‘normalización’ de las conductas, y se construye, obviamente, sobre una gran mentira sobre el cuerpo humano; es la psicología de los cuerpos que inhiben automáticamente sus pulsiones, la psicología del despiece y de la descomposición corporal al servicio de la política de la dominación invisible y de la sumisión inconsciente.

Hoy por hoy, la pulsión sexual ha desaparecido de nuestro mundo conceptual. De ser el pecado de la carne ha pasado a la nada. ¡Cómo vamos a entender a las pobrecitas emociones que han quedado huérfanas y desamparadas del propio cuerpo que las ha producido! ¡Cómo no sentir ansiedad ante semejante descalabro! Los sentimientos y las emociones que vagan erráticas en nuestros cuerpos, nos desasosiegan porque no podemos entenderlas, no podemos entender lo que nos pasa, y no podemos poner remedio a lo que nos causa malestar puesto que no podemos identificarlo. Entonces vienen y nos dicen que somos analfabetos emocionales y que tenemos que educarnos emocionalmente, y nos lo creemos. Esta nueva psicología del conductismo emocional incluso a veces se presenta bajo el epígrafe de ‘bioenergética’, un concepto que inventó Reich para referirse a la energía sexual como energía de la vida (La producción sexual es la producción vital per se. Reich, La función del orgasmo), y que ahora se desvirtúa para convertirse en lo contrario, en la negación teórica de la producción sexual: la psicología de los cuerpos sin líbido.


Las emociones son sabias, tan sabias como las pulsiones que mantienen nuestro metabolismo basal mientras dormimos. Los cuerpos humanos no son analfabetos; son sabios. Cuando estamos conectad@s con nuestras pulsiones, también nuestras emociones y sentimientos son transparentes, y percibimos su origen y su sabia función a favor de nuestro bienestar y de nuestra autorregulación. Y cuando las emociones y los sentimientos son transparentes, no se nos puede engañar ni someternos inconscientemente. Y es que, cuando desinhibimos el deseo, recuperamos la armonía original entre las pulsiones y las emociones, un importante aspecto de la unión sinérgica de todos los sistemas nuestro cuerpo, y entonces este recupera todo su esplendor, su transparencia interna, su capacidad y su fuerza. He encontrado referencias antropológicas de al menos tres pueblos cuyas mujeres podían decidir cuando se quedaban embarazadas, sin fármacos ni condones.

La represión puntual de las pulsiones no es suficiente para hacernos perder la sabiduría corporal. Si el neocortex trabaja en armonía y a favor del cerebro límbico, tras los percances ocasionales la autorregulación se recupera. Por eso hace falta engañar al neocortex para que actúe de inhibidor del cerebro límbico; y por eso no tenemos que saber que el deseo existe, que la pulsión sexual es lo que pone en marcha el desarrollo de nuestra capacidad orgástica y que forma parte de nuestra regulación fisiológica; y muy especialmente, que guía y regula la maternidad. En la era de la dominación invisible, ya no se puede prohibir directamente el ‘pecado de la carne’ que explícitamente reconoce la pulsión corporal.


Pero en el fondo todo esto es poco novedoso. Lo nuevo es su apariencia ‘científica’ y su grado de sofisticación para adaptarse a una sociedad que, como predijeron los autores de la novela de ciencia-ficción, requiere que la gente no se de cuenta de que está siendo controlada y utilizada. Cuando yo era joven, esto que ahora llaman ‘educación emocional’, se llamaba sublimación del deseo y de la líbido. El amor, aunque dijeran que salía del alma y no del cuerpo, también lo situaban en el corazón. El corazón late para bombear la sangre y no es un órgano erógeno; y por eso quizá es un buen sitio para recolocar imaginariamente los sentimientos amorosos una vez desconectados de las pulsiones. “Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío” era nuestro mantra que recitábamos mientras que sublimábamos nuestras pulsiones adolescentes; o también “Sagrado Corazón de María, sed mi salvación.”.

Lo de pintar el amor con sus rayos, lo copiaron de las sociedades prepatriarcales, que pintaban úteros y pechos, sus latidos y los movimientos expansivos de las ondas de placer. Una imagen vale más que mil palabras, dice el refranero, y con un poco de incienso y de canto gregoriano, puedes llegar a la sublimación mística más exquisita. Y, por si acaso, el corazón rodeado de una corona de espinas, uniendo el amor sublimado y el sufrimiento.

El amor verdadero no tiene el epicentro en el corazón, sino más abajo, en el vientre, donde nace el deseo, la pulsión sexual. Y no se expande en línea vertical ascendente, sino por todo el cuerpo, como los tentáculos de los pulpos que rodean y abrazan las panzas de los cántaros prepatriarcales.

El deseo materno es la pulsión sexual que guía y regula la maternidad. Esta es la verdad de la maternidad que no se sabe o que no se dice. La responsabilidad de quienes lo saben y no lo dicen es grande porque -también lo saben- el matricidio es de facto un genocidio. Y no es ninguna metáfora. Es tan grande la responsabilidad como la de los que sabían que los campos de concentración nazis eran campos de exterminio, y no lo dijeron.

Hace poco leí en Internet que se estaba experimentando con cobayas la aplicación de hormonas artificiales y otras sustancias, para inhibir total o parcialmente la impronta. Antes de formularme la pregunta de si sería sólo para aplicaciones en la ganadería, todas las células de mi cuerpo se me encogieron del susto; como con la escisión de los núcleos atómicos o la ingeniería genética: ¿quién, con qué criterios, y hasta qué punto puede controlar la aplicación de estas tecnologías? Todo eso es lo que en un instante ‘pensaron’ las células de mi cuerpo, y también por supuesto, mis neuronas. Desde luego ya no estamos en los tiempos en que se echaba bromuro en la comida de los presos o de los conventos para inhibir el apetito sexual, ahora las cosas están más perfeccionadas. Y si, independientemente de la intencionalidad, llevamos ya años aplicando hormonas artificiales en otras etapas de la vida sexual de la mujer, como en la contracepción, en el parto o en la menopausia, con dosis tan calibradas y formas tan variadas como los óvulos vaginales o los parches, también se podrían llegar a aplicar para contener el deseo materno en la lactancia, como complemento de la tecnosexología y del conductismo emocional.

Las hormonas artificiales no pueden sustituir a las hormonas naturales. Las hormonas naturales no son solo un compuesto químico: se producen con las pulsiones, en un momento y en unas circunstancias determinadas, con un ritmo y una cadencia específica, en interacción y al unísono con otros múltiples y complejos procesos que abarcan a todo el cuerpo. La pulsatilidad de una hormona es un concepto que ya aparece en los estudios clínicos, y los hay por ejemplo, que muestran que la eficacia del reflejo de eyección de la leche depende de la pulsatilidad de la oxitocina. Y sabemos también la diferente acción de la oxitocina sintética -vaginal o intravenosa-, y de la oxitocina segregada de forma natural en el parto.

El control de la sexualidad humana ha estado siempre en relación directa con la necesidad de una determinada robotización y manipulación de los cuerpos. La sexualidad femenina es una amenaza latente; es un conocimiento antiguo, por más que hoy esté velado, que la capacidad orgástica de las mujeres es incompatible con la exclusividad monógama, y que parir y lactar con y por placer forma parte de las cualidades filogenéticas de nuestros cuerpos. En cualquier caso, es importantísimo y extremadamente urgente acabar con la mentira corporal que afecta a la maternidad, saber y decir que el deseo materno existe y para qué existe.
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Notas de Marisol Paredes:
(1) Extracto de “La Sexualidad y el Funcionamiento de la Dominación” de Casilda Rodrigáñez
(2) Artículo oríginal en el blog Pulpos y Medusas
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