miércoles, 30 de diciembre de 2009

Las cualidades del ser humano (2/2)




"Todas las discusiones acerca del tema de si el hombre es bueno o malo, si es un ser social o antisocial, son en realidad pasatiempos filosóficos. Que el hombre sea un ser social o una masa protoplasmática de reacciones irracionales, depende de si sus necesidades biológicas fundamentales están en armonía o en conflicto con las instituciones que el mismo ha creado"
Wilhelm Reich

Por Marisol Paredes

En relación al trato de las criaturas, el mal-trato se da (ver en la parte 1), mayormermente por la des-información, el desconocimiento de las cualidades del ser humano. En un artículo reciente (A) Casilda Rodrigáñez hace mención a este desconocimiento, copio una párrafo de este interesante artículo:

"....Creo que la inmensa mayoría no tiene noción de las cualidades y de la bondad innata del ser humano (el dogma conceptual básico en el inconsciente colectico). Y lo digo porque si la gente tuviera noción de ello no daría el trato que da a sus hijos, si tuviera noción de sus cualidades, en lugar de darles órdenes y ponerles límites, les facilitaría los medios para la expansión de sus deseos y de sus estrictos límites de la infancia de hoy, en el asfixiante marco de la familia nuclear, no como consumidores y esclavos de la nueva sociedad orweliana. Creo que la gente no sabe lo que es una criatura humana y por eso se dedica a desvitalizarla. Y tampoco sabe, claro está que sustrayendo la vitalidad de sus hijos, está forjando el diseño artificial de la dominación fascista...."

La segunda parte de esta interesante explicación, de la misma escritora, sobre las cualidades de todos los seres humanos, cuando somos criaturas, las cuales vamos perdiendo a medida que crecemos por el entorno hostil en el que nos socializamos:

Las cualidades de la criatura humana


Por Casilda Rodrigáñez
Extracto de "La sexualidad y el funcionamiento de la dominación"


Ahora hemos perdido la noción de la fraternidad humana y de la bondad innata de la criatura. Semejantes conceptos nos suenan a proclamas mas o menos utópicas, políticas o religiosas. Pero como decia Kropotkin(2), hubo un tiempo en que no había ni política ni religión ni se conocia el fratricidio. La fraternidad y la ayuda mutua era el modo de vida de la humanidad, que se mantuvo durante milenios y que algunos llamaron 'edad dichosa', o 'santa edad' o 'edad dorada'; otros 'edad de plata'; otros 'sociedades de derecho de madre' porque se regian por lo maternal ; otros 'matristica'; sociedades matrifocales o matricéntricas; en las que habia esa madre antigua que decia Lope, que a cuanto vive aplace.

Murray Boockhin (9) asegura que la voz mas antigua para designar el concepto de 'libertad' es amaryi, que es una expresion sumeria que significa retorno a la madre, y añade que seguramente hacia referencia a que la libertad solo habia existido en la sociedad matricéntrica. El concepto de 'libertad' apareció en la conciencia humana cuando aparecio la represión; no pudo aparecer antes, pues no es posible el concepto de 'libertad' si no existe represión.

El concepto de 'libertad' hace por ello referencia a la recuperación de algo perdido, a la vida sin represión de las sociedades matricéntricas, cuyo recuerdo todavía estaba presente en la memoria de la civilización sumeria.

La existencia de la Edad de Oro está mencionada no en una ni en dos sino en muchas obras literarias antiguas que hablan de esta época de la humanidad; y si no está reconocida académicamente no es ni porque no se sepa ni por falta de pruebas (10). Como deciamos en la primera parte de La rebelión de Edipo, El asalto al Hades, también la arqueología (11) ha desenterrado miles de yacimientos neolíticos, que muestran con pruebas irrefutables, tanto por su cantidad como por la evidencia de su contenido, una cultura y un arte que algunos han llamado de celebración de la vida. (12), pues efectivamente recreaban la vida mostrando la inexistencia de relaciones de dominación y de guerras entre sus habitantes; un mundo dicen estos autores habitados, no por el homo sapiens, sino por el homo ludens, tal es la expresion de bienestar y bienaventauranza que ofrece su arte y la arquitectura de sus aldeas y ciudades.

Su cultura expresaba la sabiduría de la naturaleza (en especial la sabiduría corporal), que es la sabiduría de la autoregulación de la vida, y que es la verdadera sabiduría al servicio del bienestar y de la conservación de la vida. La experiencia acumulada a lo largo de una generación se transmitía a la siguiente, por vía oral. Así la sabiduría se hacia cultura, al cultivar el deseo de bienestar del grupo, que no era 'menoscabado', 'turbado' o 'perseguido' por otros intereses ajenos a dicho bienestar, como sucede actualmente, que todo el saber está censurado, para que las mentiras no sean desveladas, y contaminado por el interés de realizar plusvalías y construir patrimonios. La sabiduría no estaba en los libros sino en los cuerpos humanos, en las costumbres, en el arte, en las mismas relaciones de fraternidad. Con la edad crecía la sabiduría acumulada, hecha de la propia experiencia y de la recibida de otras personas; y por eso se respetaba y se veneraba a las personas ancianas. No, no es una proclama para volver atrás, pero si para llenar los libros y los medios de la verdadera sabiduría de la autoregulación y del bienestar humanos.

Como dice Antony Hopkins en la película Instinto, no se trata de un primitivismo formal, ni de volver a la era preindustrial o pretecnológica, o de destruir las ciudades; sólo hay que destruir una cosa; la dominación. Sin un dominio, la sabiduría de la autoregulación pondría en su sitio a toda la industria, a toda la tecnología, a todos los sistemas económicos. Por ejemplo, sin relación de autoridad y dominación por parte de los profesionales de la medicina, el deseo mutuo entre madre y criatura sería estrictamente respetado, no se violaría la impronta, y la medicina y la tecnología necesarias ocuparían el sitio que les corresponde, como podemos ver en los documentales de Nils Bergman (13) en los que se muestra cómo se suministra oxígeno y suero a bebés prematuros recostados, piel con piel, sobre el torso desnudo de la madre. No es nad difícil ni complicado; es la mar de sencillo.

Antes que ninguna otra cosa, la dominación es materialmente un quebrantamiento de la autorregulación de la vida.

En los tiempos previos al patriarcado, conocedores de la capacidad de autorregulación y de la sabiduría corporal, se hubieran reído si hubiera aparecido un experto a decirles que hay que enseñar a comer o a dormir a un niño o una mujer a parir.

No cabe duda que la medicina ha descubierto y ha puesto en marcha unos medios importantísimos que pueden salvarnos la vida y ayudarnos a no sufrir en un momento dado. Pero lo que sucede es que en nombre de esta eventual salvación, se bloquea la autorregulación y la sabiduría corporal; se mezcla lo que nos sana y nos salva, con lo que nos enferma y nos mata; y muchas veces se interviene en nombre de la prevención ocasionando una enfermedad y un riesgo que no existía, tal y como se está reconociendo ya en lo que concierne a la maternidad y a la crianza. La quiebra de la autorregulación de la maternidad y de la infancia ha sido y sigue siendo el pilar de la sociedad de dominación.

Las criaturas humanas tienen un deseo casi infinito de conocer y una capacidad de aprender por si mismas que desbordaría la imaginación de l@s pedagog@, y que la cultura de la dominación no puede admitir, ni en la teoría ni en la práctica. Por eso las criaturas se encuentran sistemáticamente con un entorno hostil al desarrollo de sus cualidades. Como dice Liedloff (14), para empezar les falta la confianza en el entorno (reciprocidad afectiva) para moverse y perfeccionar su aparato psicomotor a través de la experiencia; sin confianza en el entorno, la criatura no se atreve a experimentar, o lo hace con mucha mayor lentitud; en cambio, las criaturas de la selva amazónica que no retraen sus confianza innata porque nunca les ha faltado el cuerpo materno, alcanzan una soreprendente autonomía muchísimo antes que las de nuestra sociedad occidental (15).

Zerzan (16) aporta también datos en este sentido, y dice que los pequeños 'Kung estudiados por Ainsworth (1967) mostraban una marcada precocidad en el desarrollo de sus primeras habilidades cognitivas y motoras. Lo atribuyó al ejercicio y a la estimulación de una libertad de movimiento sin restringir y al alto grado de calor humano y cercanía entre los padres 'Kung y sus hijos. (Ver también Konner 1976). Abundando en ello, Zerzan añade que los niños forrajeros reciben mucho mas cuidado, tiempo y atención que los de las familias nucleares aisladas en la civilización. Cita también un sorprendente hallazgo de Duffy (1984): todos los niños de un campamente Mbuti llamaban padre a todos los hombres y madre a todas las mujeres. También a Post y Taylor (1984) que describieron 'el contacto casi permanente' con sus madres y con otros adultos que disfrutan los niños Bosquimanos.

La seguridad física no se consigue vigilando e inhibiendo continuamente la acción de la criatura, sino manteniendo el respeto, la reciprocidad afectiva y la confianza de la criatura en el entorno después de nacer. Como decía Françoise Dolto (17), la mal llamada sobreprotección física hace vulnerables a las criaturas porque impide y retarda el aprendizaje. Y decimos ´mal llamada´sobreprotección porque protege en si mismo nunca es malo, ni puede ser excesivo; lo malo es cuando detrás de la protección lo que hay en realida es una dominación y una falta de respeto hacia el desarrollo propio de las criaturas. Hay una relación inmediata entre la presió/represión que inhibe la acción propia de la criatura (dominación), y su vulnerabilidad:

Inhibición de la acción---->retraso en el aprendizaje-------->vulnerabilidad

Una ecuación que tendría que conocerse para poder cambiar la actitud general de todas las madres y los padres de controlar de manera literalmente asfixiante a sus criaturas, interfiriendo su propio desarrollo; actitud que, en parte, se debe a que se desconocen las cualidades de la criatura humana y su forma de desarrollo; y por eso se despliega de manera equivocada el legítimo y necesario afán de protegerles.

Dolto dice textualmente: De este lado duermen la imaginación sin Poder, la creatividad que crece en el desierto, y todo el problema es impedir a los adultos que las asfixien.

El mecanismo de inhibición de la acción estudiado por el médico francés Henri Laborit (18) y que Michel Odent recoge en alguno de sus textos (19), explica lo que ocurre neurológicamente cuando ante una agresión es imposible responder ni por la lucha ni por la huida (Laborit), y no hay otra alternativa que la sumisión y la resignación…. (B)

Las personas que han podido vivir en paz con sus hijos e hijas, y no en la típica guerra permanente (la guerra que dan los niños es una expresión popular), saben por propia experiencia que la criatura humana es buena, generosa, desprendida, que desea la felicidad y el bienestar de sus seres queridos, que confía plenamente en ellos mientras no se traicione de forma reiterada la confianza que originariamente ella nos deposita; que tiene un afán casi infinito de conocimiento y de aprendizaje listo para desplegarse, y que desarrolla siempre con los pocos o muchos medios y libertad de que disponga; que desea desarrollar su vitalidad y seguir sus impulsos; tener iniciativa propia y tomar decisiones sobres las cosas que la incumben; que es capaz de todas las complicidades y sacrificios por sus mayores y por sus hermanos y hermanas; que es complaciente, que está cargada de amor y de energia libidinal, y que rechaza el dominar tanto como el ser dominada; porque cuando una criatura crece siendo su iniciativa propia respetada, es tambien respetuosa hacia los dem@s. La criatura que no se ve obligada a entrar en la espiral de la guerra de la dominación, entonces es paciente, comprensiva, respetuosa, imaginativa, espontánea, curiosa, ingeniosa, ama la verdad y no sabe mentir, pues no concibe otro modo de relación que el de la transparencia. Y esto es así hasta que pierde la confianza y con ella, la inocencia.

Cuando nos damos cuenta de que no es así, entonces empezamos arrinconar las cualidades de nuestra integridad primaria que nos resultan inservibles; y al ofrecer una resistencia hacia lo que nos mana de dentro, nos encogemos y nos tensamos. Así empezamos a desconectarnos de nuestras pulsiones, a acorazarnos y empezamos a construir el ego, la identidad, la personalidad según las reglas del mundo (inhibición, desconfianza, engaño, chantaje, mentiras, acaparación, dominación, sumisión, competencia) que son distintas de las ´reglas´ de la vida en su integridad primaria (pulsion, deseo, iniciativa, curiosidad, confianza, derramamiento, complacencia, generosidad, complacencia, reciprocidad, transparencia). El pequeño ser humano aprende de su entorno a autoinhibirse, a mentir, a someterse y a dominar, y aprende que la mentira, la sumisión y la dominación son la forma de sobrevivir. Y cuando la criatura humana adquiere la experiencia de que la mentira, la sumisión y la dominación es lo que funciona, deja atrás la ´edad dorada´ de la inocencia y la integridad de su condición humana; aprende que someterse es fastidiarse, y que para no fastidiarse hay que fastidiar al prójimo; es decir dominar para no ser dominada…… (B)

Desde nuestra perspectiva actual de ausencia de bienestar, el bienestar es una meta, como dice Jean Liedloff (14), algo a buscar. Sin embargo, el bienestar es el estado primario y normal de la criatura, la sensación que acompaña la autorregulación; es entonces algo que hemos perdido, y que hemos de buscar y recuperar. Y esta noción de álgo perdido´la encontramos en los paraísos perdidos de los mitos de los orígenes. El bienestar es el estado anímico normal de la criatura humana, al que se sumana alegría, gozo, ternura, pasión y placer. El concepto de ´felicidad´que tenemos es una añoranza de ese estado y de sus consecuencias.

Nuestro concepto de ´felicidad´es un concepto errático, porque no descansa en el estado de bienaventuranza de la autorregulación de nuestra genuina integridad psicosomática, y nos lleva a estar permanentemente en el estado de búsqueda de lo que no tenemos ni somos. Desde el ego, la felicidad es una búsqueda errática, una ilusión vana, porque la competencia, acaparación, la inhibición de la acción (la sumisión) y la dominación, que es para lo que el ego está constituido, no producen ningún bienestar, y en esa búsqueda errática, la alegría, el gozo, la pasión y el placer son ilusiones que se abren camino evadiéndose de la realidad (por eso el éxito de las drogas) o se desvanecen como fantasmas, cuando más cerca parece que estamos de ellas.


Las madres y los padres de nuestra sociedad piensan que la felicidad de sus hijos e hijas depende del éxito social que alcancen, y por eso les educan para que desarrollen la 'inteligencia fratricida', para que aprendan a competir y a ganar todas las competiciones posibles. Pero la felicidad de cualquier ser humano no depende del triunfo social que alcance en este mundo, sino del desarrrollo de su capaidad de amar; es decir, de vivir en un entorno de reciprocidad, en el que el derramamiento pueda funcionar, y en el que el hipercomplejo conjunto de sistemas que forman su cuerpo puedan autorregularse; y este desarrrollo de la capacidad de amar precisamente es lo que queda comprometido con la represión del deseo materno, la represión de la sexualidad infantil y de la educación fratricida...(B)


(9) MURRAY BOOCHKIN, Une societé a refaire, Atelier de Création Libertaire, Lyon

(10)Según ANDRES ORTIZ OSÉS (Las claves simbólicas de nuestra cultura, Anthropos, Barcelona 1933) en los himnos homéricos, en los escritos órficos, en los del último período de Esquilo y en la obra de Hesíodo, hay material suficiente para entender la sociedad prepatriarcal; también en Las metamorfosis de Ovidio, amén de las referencias a la Edad Dorada, etc. de los clásicos de nuestro siglo de Oro que leian la literatura antigua en las versiones originales en griego o en latin; otra fuente son los estudios antrpológicos de algunos pueblos contemporáneos

(11) P.e. ver la obra de arqueólogos como MARIJA GIMBUTAS Y JAMES MELAART.
Este tema se desarrolla en el capítulo 2 de El Asalto al Hades.

(12) P.e. JORDI PIGEM, La civilización de la diosa:la religión de la naturaleza en la Antigua Europa, Revista Integral nro. 1042. Y también NICHOLAS PLATON, Creta ed. Juventud, 1974. Ver cap. 2 de El Asalto al Hades.

(13) Rediscover the natural way y Restoring the original paradigm, NILS&JILL BERGMAN production, 2001. www.kangaroomothercare.com.

(14) JEAN LIEDLOFF, El concepto del Continuum, Ob Stare, 2003.

(15) La doctora Marcelle Geber en en 1958 hizo un estudio en Uganda con 308 criaturas criadas 'a la vieja usanza' (amamantadas a discreción, transportadas en proximidad constante con la madre, compartiendo la misma cama) y las comparó con un grupo de criaturas europeas (alimentadas en biberón, empujadas en carritos, alejadas de sus padres por las noches...). La conclusión fue que las criaturas africanas desarrollaban sus capacidades motrices e intelectuales con mayor precocidad durante el primer año (Citado por Carlos Fresneda en Las raíces afectivas de la inteligencia, El Mundo 22.09.2003).

(16) JHON ZERZAN, El futuro Primitivo, Numa Ediciones, Valencia 2001. Pags 30-31. Ver Nota 6 de la página 18 de este libro.

(17)FRANÇOISE DOLTO, La cause des enfants, Robert Laffont, col. Le Livre de Poche, Paris 1985.

(18) HENRI LABORIT, L'inhibition de l'action, Masson 1980. Ver nota (6) de la Introducción.

(19)MICHEL ODENT, ¿El final del asesinato de Cristo? Ver nota (4) de la Introducción
de recolectores, como los citados por Zerzan (nota 5 de la introducción)..

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Notas:

(A) Artículo relacionado, ALTAMENTE recomendado:
La degeneración de la Raza humana por la pérdida de sus cualidades fundamentales por Casilda Rodrigáñez. (Nov. 2009)

(B) La integridad del texto "Las cualidades de la criatura humana" están en las páginas 27-51 del libro de Casilda Rodrigáñez "La sexualidad y el funcionamiento de la Dominación"

Las cualidades del ser humano (1/2)

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